hizo la roca,
como una voz sorda en el agua.
bocas congeladas en forma de gritos.
La prueba es el tacto,
tiene el sabor de lo no dicho,
el brillo infinito de la despedida.
el borde de un barco.
a cerrarse con los párpados
del agua
a deshojar sus orillas
en pequeños aluviones,
a renacer, viajera
en la raíz de la lluvia
que ha creado el mar.
el metal del navío,
una ola ronca
que muerde la arena
desde el origen del mundo
hasta la ciega pupila de la noche.
la grieta del agua
y palpa la soledad del mar.
Alfonsina abre mis pasos
con su agua bendita
construye la tarde mientras la lluvia
exhibe su muerte.
las pupilas de su recuerdo.