No es cierto que los premios de la lotería traigan cantantes de plena a nuestras casas.
El final de las pesadillas no es el principio de las azucenas.
Mi tío muerto no sabía que podía fallecer ni que olvidaríamos sus palabras con una cerveza en la mano.
Es una maldición la que nos dejaron los dioses, las deidades amarillentas de los museos metropolitanos.
Mi tío muerto no es una esfinge funeraria, ni un símbolo de la realeza, sino un mecánico armado de grasa.
No es cierto que perecer dignamente nos dignifique. Podemos morir de degreaser, de gasolina y anticorrosivos.
Somos simplemente desechables que todos olvidarán nuestro nombre cualquier día y ninguno de esos dioses dejará de reírse a carcajadas.
Al cuerpo consumido de David Koch
Oh, subterfugio de la cadena, mancha aquilatada por el rostro más vil de tu sinternura. Maldito contador, te llegó el día, celebraremos tu sombra bajo la tierra y nadie llorará por ti, vida inútil, desperdicio vencido por la historia, ser masticado en nuestras bocas como un chicle viejo que pegaremos felices bajo el pupitre con la lección aprendida.
Ilusión por la lira de un hombre pobre
Vietnam y los hijos, esa herencia irrevocable.
Recorro una agenda de esa historia sobre las líneas más tibias del caracol. Has desaparecido con tu rostro paralizado de hospital de veteranos.
Siento las historias de los bardos borrados dentro de tu casa de madera podrida y de primos cansados.
Si es que hubiera un descubrimiento arqueológico en la estratósfera y un argonauta encontrara un poeta oscuro, demasiado oscuro para la violencia de un mundo tan canalla.
Yolanda Rivera Castillo (Añasco, Puerto Rico). Su padre, Sotero Rivera Avilés, poeta de la generación de Guajana, la motivó a escribir poesía a temprana edad. Raquel Salas Rivera, su retoño, es, igualmente, poeta. Es autora de «Emergencia de la luz» (Editorial Pulpo,2022). Se han publicado sus poemas en antologías y revistas de poesía en español (En sentido figurado, Pulso de poesía, Cachaperismos, Grito de mujer, Contratiempo, Premio Eros 2015, Crear en Salamanca) y en su lengua prestada (Tongue’s Palette, Erotique Caribbean y The Wanderer). Ganó el segundo premio en el Certamen Poesía en Abril, de la revista Contratiempo, y fue seleccionada para inclusión entre los veinte poetas del III Certamen de Poesía Erótica Canarias 2015. Su poemario Baladas de tentación y destierro recibió mención de honor en el IV Certamen de Poesía La palabra de mi voz y Ritos de Catástrofes y Cenizas fue finalista del Premio Pilar Fernández Labrador 2019. Al presente, se desempeña como profesora de la Universidad de Puerto Rico, estudia lenguas criollas del Caribe, así como la lengua de señas de Puerto Rico.